El Merendon será inicio de la muerte del Valle de Sula
El Merendón: el de allá y el de acá
Por: Mirian Rivas
Docente e investigadora
Tenía ocho años cuando viví el paso del huracán Mitch por
Honduras y específicamente en mi Merendon, conocido así popularmente, pero
oficialmente lleva el nombre de la sierra de Omoa. Para ese tiempo solo
recuerdo los rostros de mi papá y el de los vecinos quienes oraban y trabajaban
para que el agua pudiera correr de una forma distinta y no afectara las casas,
ya después se podían observar a lo lejos derrumbes, deslizamientos, noticias de
familia que habían muerto, cosechas perdidas, comunidades inhabitables etc. A
raíz de ello hubo una migración masiva del campo a la ciudad, dejando muchas
comunidades desoladas y con un porcentaje mínimo de personas, pero con el
tiempo y debido a múltiples razones entre las principales la crisis económica
de los últimos años, muchas personas han vuelto al Merendón y con ello la deforestación la contaminación
etc. Sin embargo, en el caso del
Merendón hay dos contextos distintos que es necesario aclarar:
Uno es el Merendón de allá, el de tierra adentro, que está
conformado por 46 comunidades, que
pertenecen al Municipio de San Pedro Sula, sin contar con las comunidades de
los Municipios de Omoa y Choloma. En este Merendon vive gente campesina y
trabajadora que día a día trabaja en el campo y forja la tierra para sobrevivir. El otro, es el Merendón de acá, el de la
cortina visible desde la ciudad de San Pedro Sula y que aparentemente es
considerado como el pulmón del Valle de Sula porque es ahí donde nacen las
cuencas de agua que abastecen la ciudad de los zorzales.
En el Merendón de allá es de donde yo vengo y a quien
conozco de cerquita. Para las personas que viven en tierra adentro del Merendón
no conocen otra forma distinta de ganarse la vida que sembrando hortalizas,
cultivando café entre otros quehaceres relacionados a la producción agrícola,
he de reconocer que la mayoría de dicha población cultiva con métodos
tradicionales que erosionan la tierra y permiten la deforestación. Sin embargo
las personas de la zona conocen las áreas de reserva y procuran respetarlas porque
a ellos sí se les aplica las leyes ambientales y son inclusos sometidos a
multas exageradas o incluso la cárcel por un árbol cortado.
En el Merendón de acá, la cuestión es más compleja, porque
se amplió la cota de construcción conocida anteriormente como la cota 200
aprobada en el Decreto 46-90 que prohibía construir arriba de los 200 metros,
al pie de la montaña; sin embargo esta fue ampliada en el 2013 para abrir paso
a los proyectos residenciales de alto costo y deforestación masiva, el impacto
de dicha deforestación y construcción de vivienda afectará directamente las
cuencas hidrográficas que abastecen el valle de Sula, y además al ser
construidas en las faldas de la montaña o zona de amortiguamiento, permite que
la tierra se debilite y con el paso de los años, y ante otros fenómenos
naturales estemos propensos a sufrir deslizamientos, derrumbes, desborde de
quebradas entre otros, que afectarán directamente a la ciudad y el peor la
escases de agua que se ve venir de cerca.
Este año y con el paso de ETA y IOTA el Merendón de allá, ha
sido golpeado nuevamente y parece que con mayor intensidad que en el huracán
Mitch: cultivos perdidos, casas soterradas, carreteras destruidas, personas
damnificadas e incluso muertos por derrumbes. Muchos cafetaleros consideran no
poder recuperarse, dado a que se perdió casi la totalidad de producción e
incluso muchas zonas tardarán bastante tiempo para ser nuevamente cultivables.
La naturaleza sin duda es sabia, pero es urgente crear un plan de uso y manejo
de la zona del Merendón que permitan un desarrollo sostenible en donde se
conserven los recursos naturales y que sean los mismo habitantes que se
conviertan en centinelas y guías de la montaña.
En el caso del Merendón de acá, es una bomba de tiempo; si
sigue construyendo y habitando, la muerte del Merendón, será el inicio de la
muerte del Valle de Sula.
El Merendón somos todos, pero hay que saber que hay dos
contextos, uno es de necesidad y que ya la naturaleza le viene pasando factura,
el otro es por ambición, uno se puede corregir con educación y el otro
únicamente con la defensa de la conservación como zona de reserva.
¡En ambos casos clama, pero nadie le escucha!
Debe haber un actuar de las autoridades, con todo sentido de responsabilidad, por ese latrocinio q se hace autorizando construccion en el merendon y la gente irresponsable q pide esos permisos, no queriendo saber q seran los primeros afectado, ellos nos vendran a caer encima, los q estamos abajo. Hay tanto donde construir. Porq destruir para hacerlo. Y sino que el pueblo se tome la ley en su mano y no permitir mas deforestacion. Para siembras o construcciones.
ResponderEliminarEs triste, pero las autoridades no van a actuar, porque de forma monetaria les beneficia directamente. La única forma de buscar evitarlo sería por nuestra cuenta; corriendo el riesgo de terminar cómo Berta Cáceres.
EliminarQue bien, encontrar personas con ese espíritu reflexivo, especialmente en temas ambientales, y más si su opi ión se versa en nuestro Merendon... Todos sabemos de la importancia de nuestra zona de reserva de agua, tanto para cada persona que vive en el valle de Sula como aquel que se encuentra en la microcuenca, sobre ambos cae la responsabilidad de conservar y recuperar los recursos naturales de la, zona reserva,unamonos todos en acciones concretas porque la tarea de sensibilización es grande, pero se hará más fácil si todos unimos fuerzas... Saludos y sigamos adelante.
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