¿Educación popular, o educación estilo ONG? El nuevo reto para Honduras

EL ESTUDIANTE LENDU NEWS

Ante la reciente victoria electoral que apunta a un cambio refundacional desde el Estado, Honduras se dirige a una etapa de cambios estructurales en las distintas áreas de la sociedad, y la educación deberá ser una prioridad y un debate abierto y critico, pues el sistema educativo es determinante para la construcción de un mejor país, por ende, no se puede tomar a la ligera los movimientos de cambio en este.

La educación en Honduras históricamente ha estado plagada de precariedad y falencias en la carga académica de enseñanza, en un país que ha sido desde su independencia colonizado y enajenado por potencias extranjeras, su educación ha sido siempre dictada por personajes u organismos afines a los intereses de un capitalismo extranjero e imperialista. La educación en Honduras siempre ha sido controlada por una clase dominante nacional y extranjera inescrupulosa y salvaje. 

Ante las condiciones históricas de la educación en el país mas pobre de América Latina, se vuelve imprescindible una radical transformación de todo el sistema, no solo con matices y reformas superficiales. 

Cuando se estudia la historia de la educación pública en Honduras, vemos los atentados cínicos que esta ha recibido, y mas en los últimos 12 años. Desde el intento en los años 70´s de imponer un modelo traído de Miami totalmente ajeno a la realidad hondureña, pasando por el recorte de presupuesto de todos los gobiernos hacia el sector educativo, hasta llegar a la creación de la Ley Fundamental de Educación en 2012.

Actualmente el nuevo gobierno se enfrentará a un gran reto con la educación pública, puesto que dos años de virtualidad ha dejado en condiciones muy adversas a los estudiantes, docentes y personal de los colegios y escuelas. Es por ello que las nuevas autoridades de transición que ha delegado la presidenta electa, deben entender varios puntos claves en el siguiente accionar de refundar el sistema educativo que se llevará a cabo desde el 27 de enero del presente año.

Los estudiantes, docentes, autoridades educativas y el nuevo gobierno deben plantearse las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de educación necesita la sociedad hondureña? ¿Quiénes deben dictar lar normas educativas, la carga académica? ¿Quiénes ocuparan los cargos en las distritales, departamentales y en la SE? ¿Cómo sanar la educación luego de dos años de pandemia? ¿Cuál será el accionar para un retorno a clases presencial seguro?

Actualmente la educación se encuentra en un estado de abandono y deterioro, a raíz de la pandemia (época en la que las autoridades educativas brillaron por su ausencia) y la virtualidad. El sistema educativo se administra y dirige por la Secretaria de Educación, donde esencialmente los distritales, y ministros departamentales resultan afines a una institución política (PN) y que durante 12 años de regimen han sido leales a su ideología entreguista y privatizadora. Así como no se puede ocultar el hecho de que desde oenegés (como USAID) se interviene la educación pública para fines de lucro de organismo internacionales (como FMI, BID, OCDE etc.) que como objetivo único es el de mantener una hegemonía colonial en lo cultural, social y económico del país. 

Conociendo el sistema neoliberal educativo en Honduras, nos tenemos que plantear una educación paralela, distinta a la actual. Desde una perspectiva básica debemos buscar cambios radicales en el sistema, no solo maquillajes con leyes pequeñas que pueden derogar cuando se les plazca. 

La educación no debe en primera instancia, ser un servicio mas, donde cada estudiante y padre de familia se manifieste como un cliente mas, pagando matricula, mensualidades, libros y uniformes; sino una educación totalmente pública, gratuita que incluya a todos y todas, especialmente los sectores mas pobres y vulnerables de la sociedad, los cuales representan un 45% del pueblo. Porque el acceso a la educación es un derecho universal y obligatorio, no un servicio.

Lo fundamental a desmontar totalmente es el currículo nacional básico, el cual esta enfocado -como bien lo explica el docente de media, Ruy Diaz, en su libro "El neoliberalismo pedagógico en Honduras", el cual invitamos a la lectura- en la formación de sujetos sociales individualistas, incapaces de tener un pensamiento analítico y critico, divulgadores de ideas vacías y ajenas. 
La carga académica del sistema educativo ha sido diseñada, específicamente desde la creación de la LFE en 2012, para mal formar al estudiante, creando un zombi social, que al graduarse sirva solamente como mano de obra barata para el gran capital extranjero (Maquilas, franquicias de comida rápida etc.). Esta forma de educación masiva de sujetos sociales se evidencia en como durante la escuela, ciclo común y educación secundaria solo se enseña al estudiante como cumplir una serie de determinadas tareas una y otra vez siguiendo una rutina para simplemente aprobar un índice de "calidad" (como se trabaja en la maquila) y como memorizar patrones, conceptos e ideas a corto y mediano plazo, sin que haya un esfuerzo mínimo de reflexión o análisis científico. 
Este diseño hegemónico de enseñanza sumado a la forma de evaluación impuesta por los organismos internacionales afines al sistema capitalista global, son los causantes de la poca preparación intelectual y profesional del estudiante hondureño, lo cual ha llevado a la sociedad hondureña a un fracaso cultural, social, humanista y económico. Mientras como de lógica, la brecha y desigualdad social se expande aceleradamente, con una minoría con poder sobre los medios de producción del país que tiene la facilidad de enviar sus hijos a las mejores escuelas y colegios, y que al cursar estudios superiores asisten a universidades extranjeras sin problema alguno.

El nuevo gobierno tiene que ser meticuloso en la elección de las autoridades educativas, puesto que la sociedad hondureña no podrá aguantar mas años con una educación inadecuada a las realidades materiales del país. Se necesita entender que las realidades de Honduras exigen un sistema educativo soberano, donde no intervengan organismos extranjeros ajenos totalmente a la realidad de la sociedad hondureña. Una educación pública que incluya a los sectores mas vulnerables, que sea gratuita y universal para el libre acceso de todos y todas. Una educación humanista que vaya de la mano con la ciencia y la tecnología, para la innovación de ideas en la sociedad que aliente el desarrollo tecnológico y económico del país. En todo su aspecto, una educación popular.

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