"Revolucionarios de verdad" burocratizados en el poder

EL ESTUDIANTE LENDU NEWS

El poder, el sentimiento existencial que nace inerte en cada individuo, ese objetivo que hace moverse y avanzar a los sujetos y colectivos, por el cual históricamente se devoran una especie sobre otra, o a veces, entre la misma especie. El poder político, esa burbuja que atrae tanto, que logra impulsar la maratón donde los sujetos u organizaciones corren por obtener mas cuota de poder para satisfacer ambiciones y/o proyectos.

El Estado, ring de batalla entre una clase y otra, donde los conflictos de clase recaen para una batalla frontal y aguerrida, donde gana el mejor del momento. El Estado, el mayor burocratizador y suavizador del obrero y obrera, del o la estudiante, del o la revolucionario(a) cuando no se tiene claridad de clase. 
El Estado, el monstruo burócrata conciliador de la lucha de clases.

El/la revolucionario(a), sujeto social con determinación y rebeldía para alzarse contra las injusticias que socavan a las grandes mayorías, el/ la sujeto consiente de su realidad de clase, y que se organiza políticamente para luchar por la vida, por los pobres y por asaltar el poder para confrontar de frente a la clase dominante que unida, atenta salvajemente contra la clase enajenada y explotada.

Cuando los revolucionarios aglutinados en el partido ganan las elecciones y asaltan el poder estatal, diversos escenarios se vislumbrar para el futuro, por las infinitas posibilidades y condiciones a enfrentar es que los revolucionarios deben plantearse un plan estratégico, una agenda, una línea táctica clara y radical a ejecutar en la práctica, para evitar que los azotes de la clase adversa, los logren derribar; pero sobre todo se debe ser delicados en algo, que el monstruo del Estado, no se los termine comiendo para luego defecarlos por el recto. 

Las historias y experiencias son muchísimas, cuando el Estado los emborracha, no se terminan recuperando pero ni de la goma. Esto sucede porque la clase dominante quien en su evolución trascendental del feudalismo al capitalismo, concibió e instauró al estado como una institución capaz de encerrar en una burbuja al revolucionario que fuera capaz de tomarlo, de esta manera, mermaba mediante la burocracia y otros fetichismos políticos, la lucha frontal del revolucionario.
Así es como el Estado no solo es la herramienta para transformar las realidades materiales, sino también, es el arma de doble filo, donde si no se maneja con estrategia, termina destruyendo al revolucionario y su proyecto de revolución. 

El Estado a su vez, como bien se plantea, debe ser una institución de trascendencia, para que el revolucionario venza en primera instancia, problemas generales y la represión de la clase dominante, pero una ves haya soberanía absoluta de la producción de las grandes mayorías, será necesario se extinga por completo el Estado. Mas sin embargo, el/la revolucionario de verdad, una ves asalte el poder estatal y tome las riendas, no podrá enfrentarse a los adversarios de clase sino desmonta poco a poco la burocracia que abunda en las instituciones y ministerios, se debe crear un nuevo sistema, nuevos ministerios e instituciones paralelas a las oficialistas, para forjar las realidades encaminadas a la libertad económica, política, cultural, humanista y social de las grandes mayorías. 

El/la revolucionario al estancarse en los puestos estatales, al caer en la burbuja de la oficina en los edificios de los vidrios pampa nantes, y al adentrarse en la selva centralizada de la burocracia, corre el riesgo de olvidar la tarea rebelde que en su inicio encamino y organizo, corre el riesgo de desligar los espacios determinantes de la sociedad, y cuando se abandonan las calles y callejones, las escuelas y parques, y así el proyecto revolucionario que hayan definido los y las revolucionarios (as), estará en grandes posibilidades de ser vencido, no directamente por la clase adversa, sino, por la artimaña que dicha clase ha montado dentro del Estado.

Para vencer las trampas estatales, será necesario que el/la revolucionario no pierda la mística orgánica de partido, y fortalezca los cimientos que hicieron posible la toma del poder, esto se logrará de la mano que se vaya creando sus ministerios, instituciones y espacios dentro del Estado, pero paralelos a los viejos espacios burócratas de la clase dominante.

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