1 millón de estudiantes desertaron de la educación en lo que va del 2021.

EL ESTUDIANTE

El presente año hubo una caída asombrosa en lo que ha jóvenes que se mantienen en la educación se refiere de 2.5 millones de estudiantes a nivel nacional, desertaron 1.5 millones, menos de la mitad se logró matricular. 

Esto por la crisis que generó las restricciones económicas por la  pandemia y los dos huracanes, la crisis económica  dejó a la mayoría de estudiantes en una situación de calamidad.

La deserción estudiantil no es algo nuevo, ya que desde hace 3 años (desde mucho antes del covid-19) se incrementó en un 67%, por la falta de recursos para poder pagar todos los gastos que significa el estar en un colegio público.

 Matrículas elevadas, compra de útiles escolares, uniformes, libros, transporte, merienda que sale totalmente del bolsillo de los padres.

Es obligación legítima del estado cubrir todos estos gastos.

Este 2021 los departamentos con mayor deserción han sido curiosamente los más urbanos, como Cortés, Francisco Morazán, Comayagua, y Atlántida. Especialmente Cortés, por la devastación que dejaron los  dos Huracanes.

Una razón principal de la deserción gigante, es la falta de ingresos en los hogares, ya que para estudiar virtualmente, se necesita considerables inversiones de dinero. A todo esto, los mismos jóvenes les ha tocado trabajar de tiempo completo para llevar más dinero a sus hogares y poder sobrevivir con sus familias.

La deserción escolar es un problema multicausal, en esta intervienen factores personales, económicos, familiares y docentes, entre otros; por lo que no es un problema fácil de atender, de manera que esta  estrategia de intervención aislada que la pandemia nos a obligado a implementar se suma a otra de las causas de la deserción en el trascurso de los últimos años  hasta ahora, por lo tanto, es necesario efectuar diversas medidas, donde participen padres, madres, estudiantes, docentes, autoridades educativas, para que se comprometa a mitigar esta problemática por el bien común de la familia, la comunidad, la sociedad y el país.

Una aproximación rigurosa a las problemáticas de la deserción escolar y de la integración social de los jóvenes debe incluirse en el conjunto de aspectos que rodean el "Que hacer" de las unidades educativas, la manera de construir uno de los desafíos más relevantes de la actual política educacional: retener en clases  a la mayor cantidad de jóvenes hondureños que sea posible.

“Cuando el niño vaya a la escuela y me pregunte algo, yo no voy a saber que decirle, no le voy a poder ayudar en sus tareas” Cindy, alumna desertora, ahora madre de familia.